Reflexión coloquial sobre Gemelx, de Mariano Herrera Salvalaggio.
Por Liss Navea
Son pocas las veces que nos sentiremos maravillados con plenitud siendo espectadores de lo que sea: una película, un partido de fútbol, una obra teatral o un recital quizás. Como tales, nos disponemos al relax y ofrecemos que sean nuestros sentidos los que gocen del momento; que nuestra mente deje de pensar y se disponga a viajar por mundos más allá de los imaginados. No nos disponemos a comprender, sino a que nuestra percepción entienda desde el disfrute lo que estamos presenciando.
El teatro independiente cada vez conquista más espacios en la escena local, y es así como surgen obras como GEMELX, un mashup escénico dirigido por Mariano Herrera Salvalaggio, artista que pudo captar lo mejor de las artes para dar origen a una obra mágica y cautivadora.
GEMELX nos muestra en acción a dos sujetos, dos intérpretes en los cuerpos de Florencia Giuliani y Florencia Rampulla, quienes, desde la actuación, movimientos de la danza y las acrobacias aéreas, llevan adelante una puesta en escena sencilla pero arriesgada.
La combinación de los elementos dispuestos es la escena, en búsqueda de la eliminación de la cuarta pared, hace que se vuelva atractiva la interacción entre ambas y de ellas con el público, quien permanece expectante en cada minuto. Estos elementos permiten la mixtura de lo visual, lo sonoro y hasta lo olfativo, llegando el aroma a pólvora a la primera fila.
La dramaturgia, de Nadia Ethel Basanta Bracco, juega un rol fundamental. Es una adaptación del texto “Proyecto G3M3L0”, que se construye desde el concepto del mashup.
Cada expresión enunciada encierra miles de significados, los juegos de palabras lo dejan a uno pensando en vivencias propias, en frases que hemos oído en otros momentos o que hemos dicho ante alguna situación. Sus enunciados pasan por el amor, el miedo, lo infantil y el deseo de no crecer, entre otros aspectos.
De fondo se aprecia un trabajo físico, imprescindible para poder concretar el desafío propuesto por Mariano. Se perciben las horas de ensayo, más que nada en la escena sobre los trapecios, donde no solo está en juego la integridad física de los cuerpos en el aire, sino que, pese a ello, continúa el hilo de la historia. Los diálogos son fluidos y se puede contemplar un doble ritmo en la escena: la agilidad y velocidad de los cuerpos por un lado, y la tranquilidad en la respiración de las palabras por el otro.
GEMELX es la primera obra que me toca ver en la que quiero aplaudir desde el minuto uno. Es cautivantemente mágica, con cierta inocencia que se rompe con el paso de la función, con verdades cantadas, la danza a flor de piel en cada movimiento, la sincronización expuesta y el disfrute de hacer lo que hacen. Es una propuesta que rompe los estereotipos y la tradicionalidad de las artes, para hacerlas fluir todas juntas.
GEMELX no es una simple obra de teatro, es la fusión de las artes en su máxima expresión.
FICHA TÉCNICA:
Dramaturgia: Nadia Ethel Basanta Bracco
Intérpretes: María Florencia Giuliani / María Florencia Rampulla
Vestuario: Tania Viglione
Diseño de Iluminación: Natacha Saez
Asistencia actoral: Lorena Lopez
Dirección: Mariano Herrera Salvalaggio
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